No hay color

Hoy en día, muchas personas (principalmente la juventud) establecen relaciones mediante las redes sociales. Dentro de estas relaciones se pueden encontrar mensajes u otro tipo de comunicaciones ocasionalmente, o a menudo. Y pueden tratar temas profundos, o superficiales (aunque personalmente me inclino a pensar que la mayoría son de estas últimas).

También se pueden ver las fotos y estados de las personas que te interesen en páginas como tuenti o facebook. Esta característica es una de las que más les ha valido su popularidad.

Pero no hay color con las relaciones en persona, cuando quedas con tus amigos "cara a cara" para hablar de vuestras cosas, para veros. En esta forma hay un calor, una proximidad que no tiene nada que ver con las relaciones por Internet. Sin llegar a ser tan extremo, podría compararse con una relación a distancia: está bien hablar por teléfono o escribirse cartas, o privados, o emails, pero no es lo mismo que hablar y verse en persona.

Además, muchas de las personas que tienes como "amigos" en las redes sociales, no llegan a tal grado, si no que son conocidos con los que hace años que no hablas ni ves.

En la actualidad, cuando los jóvenes conocemos a alguien, no nos pedimos ya normalmente el número de teléfono, si no que les preguntamos: "¿Tienes tuenti o facebook?". Y a partir de ahí podrías empezar a llevarte o quedar con esas personas. Tan establecidas están en la sociedad las redes sociales, que si alguna de estas personas a las que les preguntas si tiene tuenti o facebook te dijera que no, casi pensaríamos que es un "bicho raro".

Puedes incluso llegar conocer a amigos (o conocidos) de tus amigos (o conocidos) mediante estas redes, sin haberlas visto en tu vida antes. O incluso gente q no es ni amiga ni conocida de tus contactos.

Es más fácil por tanto conocer personas, y comunicarse con ellas mediante las redes sociales. Pero no hay color con la proximidad, confianza y calidez que produce hacer eso mismo en persona.

Los tiempos en que para conocer a alguien tenías que pedirle su número de teléfono, y llamarla (con la verguenza que daba) para quedar a tomar algo o lo que fuera, han quedado atrás.